De acuerdo al querer de nuestro fundador, P. Juan Berthier, nuestro apostolado intenta responder a la triple dimensión de nuestro carisma:
Llamados a la Misión: La Iglesia es misionera. Está presente en todos los continentes, en todo el mundo. Como Misioneros de la Sagrada Familia colaboramos para dar testimonio de este aspecto característico de la Iglesia, según la voluntad del P. Berthier. Realizamos nuestro ministerio y proclamamos la Buena Noticia en países donde es necesario hacer oír la voz del Evangelio. Queremos ayudar a la Iglesia para que crezca y se desarrolle, y pueda llegar a ser una Iglesia Local llena de vida y espíritu misionero.
En nuestro ministerio sabemos que no sólo damos, sino que también recibimos mucho. En Africa, Asia, América u Oceanía aprendemos de la cultura y la vida de esos países y pueblos. Los jóvenes que se deciden a entrar en nuestra Congregación refuerzan nuestro espíritu misionero. En un mundo lacerado por el odio y la guerra, tenemos la posibilidad de testimoniar con nuestra vida comunitaria la unidad en la pluralidad.
Nuestros misioneros llevan la Buena Noticia de Jesús a muchos pueblos y naciones: servimos al pueblo de Dios en África: Madagascar y Mozambique. En Asia: Filipinas e Indonesia. En Europa: Austria, Bielorrusia, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, Polonia, España, Suiza y la República Checa. En América: Canadá, Estados Unidos, Brasil, Bolivia, Chile, Argentina. En Oceanía: Papúa-Nueva Guinea
Pastoral de las Familias: Como Misioneros de la Sagrada Familia, siguiendo el ejemplo de nuestro Padre Fundador, acentuamos en nuestro tiempo la atención pastoral a las Familias. La familia cristiana es una iglesia doméstica: en ella se realiza el reino de Dios y por su irradiación, se convierte en estímulo para otras familias. Según nuestro Fundador, la pastoral de las familias es ya una pastoral vocacional.
Realizamos esta atención pastoral a las familias en las parroquias, las diócesis, o en los diversos centros de atención específica de pastoral familiar. En esta labor, nos dejamos inspirar por la Sagrada Familia de Nazaret como modelo para las familias cristianas.
Si nosotros mismos vivimos en nuestra comunidad según el espíritu de la Sagrada Familia seremos también un ejemplo para la vida de las familias.
Pastoral de las Vocaciones: Animados por el ejemplo de nuestro Fundador, el P. Berthier, un apasionado de las vocaciones al servicio del Evangelio, no olvidamos el apostolado vocacional. Cultivamos el espíritu cristiano y misionero entre los jóvenes para conseguir creyentes consecuentes con el Evangelio del Reino, animados a realizar la Misión en consonancia con la llamada de Cristo a seguirle como laicos comprometidos o como consagrados. En esto nos empeñamos con entusiasmo todos los MSF. Como Congregación, tenemos nuestras Casas de Formación para orientar a los jóvenes a descubrir su vocación al servicio de Cristo y su Evangelio y acompañarles en el camino hacia la meta. También colaboramos con otras diócesis y congregaciones en la formación específica teológica y sacerdotal.